Ayer tuvo lugar la solemne procesión de María Santísima de la Aurora, arropada por su barrio y todos sus fieles la bendita imagen derrochó dulzura y elegancia por el itinerario de costumbre. Desde que la ermita abrió sus puertas hasta que volvieron abrirse para cobijar a su reina cientos de devotos y fieles acompañaron a Nuestra Madre en todo momento. Es un gusto ver como nuestro pueblo sigue volcándose con estas cofradías de barrio que sin lugar a dudas no tienen nada que envidiar a alguna otra.
Al Santísimo Rosario tocan
campanas de plata, pitos de marfil
y la Aurora se asoma a los cielos
por ver sus devotos por las calles ir...
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