María Stma. de Araceli ataviada para la época estival.
Así luce la patrona de Lucena y del campo andaluz durante los meses de verano. Con una hermosa saya estampada con adornos florales y un manto rosa palo. Mientras en su mano izquierda porta al divino pastorcillo derrochando elegancia a la vez que sencillez.
En su maternal desvelo
al sentirse lucentina
ya su gloria se adivina
en su imagen de Ara y Cielo.
La luna rinde su anhelo
ante tan santa doncella,
le da su luz cada estrella
y eternizado el momento
la proclama el firmamento
su soberana más bella.