"No llores más, Soledad,
tu pena nos embarga,
que a tu hijo Jesucristo
a la cruz lo condenaban.
Soledad en tu rostro, Madre,
tu rostro dulce y divino,
cara de pena, María,
al ver a tu hijo condenado
y coronado de espinas.
Soledad, con tu dolor,
con tu angustia y tu pena
al ver a tu hijo muerto,
enclavado en la cruz
después de grandes tormentos."
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