Como muchos sabemos tenemos la suerte de contar con un gran patrimonio artístico en Lucena si nos referimos al arte religioso, aunque por desgracia, muchas de estas obras hayan quedado en el olvido.
La Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen es uno de los templos que acoge en su interior a un gran número de imágenes de bastante valor por su antigüedad, por su historia o por sus respectivos escultores.
Cada talla tiene su historia y su visión nostálgica si miramos unas décadas atrás, pero hoy me voy a centrar en dos hermosas imágenes que acoge esta Iglesia, la del Stmo. Cristo de la Buena Muerte y la dolorosa de las Penas.
Podemos encontrarlos en el lateral derecho de la Parroquia junto a la hornacina de San José formando una hermosa escena con el crucificado y la dolorosa con San Juan Evangelista (del que también dedicaré próximamente unas líneas) a los pies de la cruz. Dichas imágenes tuvieron un lugar importante en nuestra Semana Santa.
El Cristo es una obra anónima del siglo XVII y escuela granadina y María Stma. de las Penas es del siglo XVIII (también de autor desconocido) y ambas eran titulares de la desparecida Hermandad que tenía por nombre "Real Hermandad del Stmo. Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y María Stma. de las Penas de caballeros legionarios" la cual procesionaba en los años setenta desde la Parroquia del Carmen, San Juan de Dios o desde los Reverendos Padres Franciscanos en la noche del Miércoles Santo.
Esta procesión es recordada con cariño por muchos lucentinos por la fuerte expectación que tenía al ser la imagen del Cristo portada por un desfile de caballeros legionarios que acompañaban a la Hermandad durante toda su estación de penitencia.
Sin lugar a dudas son dos imágenes de gran belleza y valor que hoy en día no cuentan con un lugar entre nuestras devociones y siguen año tras año expuestas con la necesidad de una restauración.
NOTA: Todas las imágenes expuestas en este lugar se amparan bajo la Ley de Propiedad Intelectual. Por tanto, queda prohíbida la reproducción total o parcial de la obra sin el consentimiento expreso del autor de la misma.
Una de las mas bellas dolorosas lucentinas que sigue en olvido junto a su hijo de la buena muerte.
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